jueves, 25 de septiembre de 2008

el adiós

Hace un tiempo miraba la foto de una actriz conocida que tenía, a pesar de su belleza, la mirada extraviada en algún punto del infinito o en ningún punto. Pensé que tras su aparente felicidad de la que hablaban los medios de comunicación, en realidad había una mujer que se había perdido en la mitad de su vida. El día que mi esposa me dijo que no me amaba, desde ese momento, el corazón se me partió y creo que me he extraviado tanto o más que esa chica de la que hablo. Siento que me he estancado y conociéndome creo que el tiempo pasará pero ya he perdido la mitad de mi. Estaré ausente disfrutando a medias la vida que viene por delante. Porque mis amigos se esfuerzan para que haga cosas nuevas, para que no me cierre las puertas de la vida, pero hay algo que no me deja, que me dice no pierdas la esperanza.

Algunos se casan porque se aman, yo me casé porque amaba a mi esposa y su amor cambió muchas cosas en mi. Además del amor, le di mi compromiso para salir adelante, para esforzarme cada día porque fuera feliz. Algunas veces lo logré, pero otra no, otras también la hice enfadar, aburrir, cansarse, no sé. De todas maneras me siento afortunada de haber conocido a la mujer de mi vida, porque eso está claro, ella es la mujer ideal y real para mi. Y esperaré que algún día ella se de cuenta de que la amo y que cuando quiera puede volver.

Pienso que cree que esa no es una solución posible y lo más probable es que tenga la idea de que no será así. Espero que con el paso del tiempo se dé cuanta de lo contrario. Yo trataré siempre de tocar su mano, aunque ella no la sienta. Seré su amiga fiel y leal en algún tiempo más porque ahora aún es doloroso verla. Y veremos que pasa cuando la otra mitad de la vida, la que está por venir, empiece. Lo dejo en manos de la ilusión que fue la que en algún momento nos unión y en las del amor que nos mira a través del universo. También estuve un momento con Dios y le pedí que dirigiera nuestro camino como alguna vez lo hizo. Nada es fácil pero imposible tampoco.

Alevosía 

Más que amor,

lo que siento por ti,

es el mal del animal,

no la terquedad del jabalí,

ni la furia del chacal...

Es el alma que se encela

con instinto criminal

es amar hasta que duela, como un golpe de puñal.

Ay amor, ay dolor...

yo te quiero con alevosía.

Necesito confundir tu piel con el frío del metal,

o tal vez con el destello cruel de  un fragmento de cristal...

Quiero que tus sentimientos sean puro mineral,

polvo de cometa al viento del espacio sideral...

Nada envidio a la voracidad

de tu amante más letal,

ella espera tu fatalidad,

yo pretendo lo inmortal.

el espíritu que habita en tu belleza más carnal,

esa luz que resucita el pecado original.

(Luis Eduardo Aute)